Un hecho: en SLP no se garantiza la transparencia
Normal del Estado no pudo exhibir certificación ISO 9001:2000
Por J. VICTORIANO MARTÍNEZ G.
Enero 19, 2013
Mientras la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado (BECENE) se prepara para celebrar la obtención de la certificación ISO 9001:2000, la exhibición de la documentación relacionada con ese proceso se niega a una solicitante de información, con el apoyo de recurrentes pifias de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP).
El saldo: la fundada sospecha de que no existe la documentación sobre la certificación a la BECENE, y una exhibición de actuaciones erráticas de Alfonso Serment Gómez, presidente de la CEGAIP, que muestran el estado de indefensión en que se encuentra el ejercicio del derecho de acceso a la información pública en el Estado.
La historia:
El 16 de julio de 2010, el Sistema Educativo Estatal Regular (SEER) recibió una solicitud de información de Sonia Vargas Almazán, profesora de la Norma del Estado, quien pidió copias de cinco documentos relativos a la certificación.
Vargas Almazán pretendía documentar el proceso de certificación de la BECENE, por lo que pidió el acta mediante la que se aprobó el proyecto en 2007, el resultado del concurso de licitación, la autorización del proyecto con costos y plazos, la evaluación de los beneficios, así como el estudio de impacto en los procesos académicos y en favor de los estudiantes.
Ante la falta de respuesta, presentó queja ante la CEGAIP que fue resuelta a su favor hasta el 21 de mayo de 2012. Después de 22 meses –cuando debió hacerlo en 30 días–, la CEGAIP ordenó al SEER la entrega de la información.
Los funcionarios del SEER y de la BECENE no atendieron la resolución de la CEGAIP, y para el 24 de agosto de 2012, la Comisión acordó una medida de apremio al emitir una amonestación privada en contra de Francisco Hernández Ortiz, director de la Normal del Estado. No pasó nada.
Para el 6 de septiembre, y tras las protestas de la profesora Vargas Almazán, la CEGAIP emitió la segunda medida de apremio, un apercibimiento por escrito. Aun así, fue hasta el 29 de octubre cuando la BECENE puso a disposición de la profesora, presuntamente, las copias de los documentos por ella solicitados.
No obstante, al presentarse para obtener los documentos, le presentaron seis voluminosos expedientes y le pidieron que los revisara para que localizara la información que había solicitado dos años cuatro meses atrás.
Como Vargas Almazán sólo acudió para obtener las copias previamente ofrecidas, se negó a realizar la revisión y volvió a presentar un escrito de protesta ante la CEGAIP.
El 5 de diciembre de 2012, Serment Gómez emitió un nuevo acuerdo para ordenar al SEER, una vez más, poner a disposición de la profesora los documentos solicitados.
En el acuerdo de la CEGAIP se advirtió que de no proporcionar la información se aplicaría la primera medida de apremio consistente en amonestación privada, a pesar de que ya la habían aplicado en agosto y un extrañamiento en septiembre.
La Unidad de Información Pública (UIP) volvió a presentarle las voluminosas carpetas a la profesora. Vargas Almazán volvió a presentar su protesta ante la CEGAIP, y por su parte el titular de la UIP del SEER reportó que la profesora no quiso revisar los documentos a pesar de que se pusieron a su disposición.
Una semana después, el 12 de diciembre, en reunión con Griselda Álvarez Oliveros, titular del SEER, acordaron un acto de entrega de la información solicitada y el presidente de la CEGAIP pactó ser testigo para verificar personalmente que Vargas Almazán recibiera la documentación.
A pesar del compromiso hecho por Serment Gómez, tres días antes de la fecha acordada para ser testigo de la entrega de los documentos, emitió un acuerdo en el que dio por cumplida la resolución. Cerró el caso sin que la solicitante obtuviera las copias de los documentos.
La protesta de la afectada impidió que se suspendiera la entrega acordada, para la que se fijó el jueves 10 de enero de este año a las 11:00 horas, en las oficinas de la Normal del Estado.
Serment llegó tarde a la cita, y en la Normal ya no lo esperaban. En los accesos de la BECENE se le pidió que se identificara plenamente y se le hizo esperar hasta que el director Francisco Hernández Ortiz finalmente autorizó su ingreso a las instalaciones.
“¿Viene a transgredir la Ley?”, lo cuestionó Hernández Ortiz y le recordó que el expediente ya lo había dado por concluido tres días antes por lo que se reservó la opción de proceder legalmente en contra del comisionado presidente de la CEGAIP.
Tras uno de los tantos tragos amargos que debió pasar Serment Gómez esa mañana, el director de la normal volvió a poner a disposición de Vargas Almazán ocho carpetas, dos más que en la ocasión anterior, para que ella localizara la información que solicitó.
La solicitante hizo notar al presidente de la CEGAIP que ella solicitó copias de documentos específicos y que, mediante oficio del 29 de octubre de 2012, Hernández Ortiz le informó que estaban a su disposición 122 copias y no el cúmulo de documentos que le pedían revisar.
El director de la Normal se vio obligado a intentar localizar los documentos él mismo, sin lograrlo. El episodio puso a la vista de Serment Gómez su deficiente actuación a lo largo de todo el trámite del caso, y exhibió la falsedad con que se condujo Hernández Ortiz.
En su desesperación, Hernández Ortiz extrajo un sobre de un escritorio y afirmó que ahí estaban contenidos los documentos requeridos por Vargas Almazán y le entregarían copia de los mismos.
La profesora aceptó, siempre y cuando se levantara una acta en la que se hiciera constar lo que le entregaban y con la firma de los participantes en la reunión.
En el acta aparece que le entregaron contratos y costos del Sistema de Gestión de Calidad, contratos de capacitación y certificaciones, documentos que no corresponden a los solicitados por ella con respecto al proceso de certificación ISO 9001:2000.
Epílogo
Vargas Almazán demostró las maniobras del titular de la Unidad de Información Pública del SEER y del director de la Normal del Estado para evitar entregar la información pública que se les solicitó o, lo que es peor, para encubrir la inexistencia de la misma.
Exhibido ante el presidente de la CEGAIP. Hernández Ortiz intentó de último momento evitar quedar en evidencia, evidenciando el ilegal proceder de Serment Gómez porque ya había resuelto a su favor. Al final, no fue capaz de exhibir el documento que avala la certificación ISO 9001:2000, que cualquier institución exhibo como si de un trofeo se tratara.
En tanto quedó demostrado el total descuido y la negligencia con que se conducen los asuntos en la CEGAIP, a cargo Alfonso Serment Gómez, con un rosario de pifias durante dos años cinco meses para garantizar “de manera expedita” el acceso a la información pública para una solicitante, sin que se obtenga la documentación requerida.
Grave: ante un ente obligado que maniobra para evitar cumplir con el derecho de acceso a la información pública no existe, en los hechos, el órgano garante que la constitución local y la Ley de Transparencia crearon para proteger un derecho fundamental.
Enero 19, 2013
Mientras la Benemérita y Centenaria Escuela Normal del Estado (BECENE) se prepara para celebrar la obtención de la certificación ISO 9001:2000, la exhibición de la documentación relacionada con ese proceso se niega a una solicitante de información, con el apoyo de recurrentes pifias de la Comisión Estatal de Garantía de Acceso a la Información Pública (CEGAIP).
El saldo: la fundada sospecha de que no existe la documentación sobre la certificación a la BECENE, y una exhibición de actuaciones erráticas de Alfonso Serment Gómez, presidente de la CEGAIP, que muestran el estado de indefensión en que se encuentra el ejercicio del derecho de acceso a la información pública en el Estado.
La historia:
El 16 de julio de 2010, el Sistema Educativo Estatal Regular (SEER) recibió una solicitud de información de Sonia Vargas Almazán, profesora de la Norma del Estado, quien pidió copias de cinco documentos relativos a la certificación.
Vargas Almazán pretendía documentar el proceso de certificación de la BECENE, por lo que pidió el acta mediante la que se aprobó el proyecto en 2007, el resultado del concurso de licitación, la autorización del proyecto con costos y plazos, la evaluación de los beneficios, así como el estudio de impacto en los procesos académicos y en favor de los estudiantes.
Ante la falta de respuesta, presentó queja ante la CEGAIP que fue resuelta a su favor hasta el 21 de mayo de 2012. Después de 22 meses –cuando debió hacerlo en 30 días–, la CEGAIP ordenó al SEER la entrega de la información.
Los funcionarios del SEER y de la BECENE no atendieron la resolución de la CEGAIP, y para el 24 de agosto de 2012, la Comisión acordó una medida de apremio al emitir una amonestación privada en contra de Francisco Hernández Ortiz, director de la Normal del Estado. No pasó nada.
Para el 6 de septiembre, y tras las protestas de la profesora Vargas Almazán, la CEGAIP emitió la segunda medida de apremio, un apercibimiento por escrito. Aun así, fue hasta el 29 de octubre cuando la BECENE puso a disposición de la profesora, presuntamente, las copias de los documentos por ella solicitados.
No obstante, al presentarse para obtener los documentos, le presentaron seis voluminosos expedientes y le pidieron que los revisara para que localizara la información que había solicitado dos años cuatro meses atrás.
Como Vargas Almazán sólo acudió para obtener las copias previamente ofrecidas, se negó a realizar la revisión y volvió a presentar un escrito de protesta ante la CEGAIP.
El 5 de diciembre de 2012, Serment Gómez emitió un nuevo acuerdo para ordenar al SEER, una vez más, poner a disposición de la profesora los documentos solicitados.
En el acuerdo de la CEGAIP se advirtió que de no proporcionar la información se aplicaría la primera medida de apremio consistente en amonestación privada, a pesar de que ya la habían aplicado en agosto y un extrañamiento en septiembre.
La Unidad de Información Pública (UIP) volvió a presentarle las voluminosas carpetas a la profesora. Vargas Almazán volvió a presentar su protesta ante la CEGAIP, y por su parte el titular de la UIP del SEER reportó que la profesora no quiso revisar los documentos a pesar de que se pusieron a su disposición.
Una semana después, el 12 de diciembre, en reunión con Griselda Álvarez Oliveros, titular del SEER, acordaron un acto de entrega de la información solicitada y el presidente de la CEGAIP pactó ser testigo para verificar personalmente que Vargas Almazán recibiera la documentación.
A pesar del compromiso hecho por Serment Gómez, tres días antes de la fecha acordada para ser testigo de la entrega de los documentos, emitió un acuerdo en el que dio por cumplida la resolución. Cerró el caso sin que la solicitante obtuviera las copias de los documentos.
La protesta de la afectada impidió que se suspendiera la entrega acordada, para la que se fijó el jueves 10 de enero de este año a las 11:00 horas, en las oficinas de la Normal del Estado.
Serment llegó tarde a la cita, y en la Normal ya no lo esperaban. En los accesos de la BECENE se le pidió que se identificara plenamente y se le hizo esperar hasta que el director Francisco Hernández Ortiz finalmente autorizó su ingreso a las instalaciones.
“¿Viene a transgredir la Ley?”, lo cuestionó Hernández Ortiz y le recordó que el expediente ya lo había dado por concluido tres días antes por lo que se reservó la opción de proceder legalmente en contra del comisionado presidente de la CEGAIP.
Tras uno de los tantos tragos amargos que debió pasar Serment Gómez esa mañana, el director de la normal volvió a poner a disposición de Vargas Almazán ocho carpetas, dos más que en la ocasión anterior, para que ella localizara la información que solicitó.
La solicitante hizo notar al presidente de la CEGAIP que ella solicitó copias de documentos específicos y que, mediante oficio del 29 de octubre de 2012, Hernández Ortiz le informó que estaban a su disposición 122 copias y no el cúmulo de documentos que le pedían revisar.
El director de la Normal se vio obligado a intentar localizar los documentos él mismo, sin lograrlo. El episodio puso a la vista de Serment Gómez su deficiente actuación a lo largo de todo el trámite del caso, y exhibió la falsedad con que se condujo Hernández Ortiz.
En su desesperación, Hernández Ortiz extrajo un sobre de un escritorio y afirmó que ahí estaban contenidos los documentos requeridos por Vargas Almazán y le entregarían copia de los mismos.
La profesora aceptó, siempre y cuando se levantara una acta en la que se hiciera constar lo que le entregaban y con la firma de los participantes en la reunión.
En el acta aparece que le entregaron contratos y costos del Sistema de Gestión de Calidad, contratos de capacitación y certificaciones, documentos que no corresponden a los solicitados por ella con respecto al proceso de certificación ISO 9001:2000.
Epílogo
Vargas Almazán demostró las maniobras del titular de la Unidad de Información Pública del SEER y del director de la Normal del Estado para evitar entregar la información pública que se les solicitó o, lo que es peor, para encubrir la inexistencia de la misma.
Exhibido ante el presidente de la CEGAIP. Hernández Ortiz intentó de último momento evitar quedar en evidencia, evidenciando el ilegal proceder de Serment Gómez porque ya había resuelto a su favor. Al final, no fue capaz de exhibir el documento que avala la certificación ISO 9001:2000, que cualquier institución exhibo como si de un trofeo se tratara.
En tanto quedó demostrado el total descuido y la negligencia con que se conducen los asuntos en la CEGAIP, a cargo Alfonso Serment Gómez, con un rosario de pifias durante dos años cinco meses para garantizar “de manera expedita” el acceso a la información pública para una solicitante, sin que se obtenga la documentación requerida.
Grave: ante un ente obligado que maniobra para evitar cumplir con el derecho de acceso a la información pública no existe, en los hechos, el órgano garante que la constitución local y la Ley de Transparencia crearon para proteger un derecho fundamental.